EL QUÉ HACER EN INCONSTITUCIONALIDAD.

Activando el derecho a la libertad de expresión

 Rafael García Planchart IA   Febrero 12, 2025

El golpe de estado dado el 10 de enero del 2025 por Maduro y su camarilla de narcodelincuentes, practicantes del asesinato, la tortura, la desaparición forzada, la aprobación de leyes inconstitucionales, el terror mantenido y sostenido mediante la extorsión por policías y militares, la continua explotación ilícita de recursos nacionales y su contrabando, las irregulares contrataciones con empresas extranjeras sin aprobación legislativa, en fin, el incumplimiento permanente sostenido y mantenido por quienes usurpan las instituciones del estado, demuestra su decisión de romper el pacto constitucional con el resto de los venezolanos que le dimos vigencia el 15 de diciembre de 1999 en medio una de las mayores tragedias naturales que haya sufrido Venezuela.

Para ellos, el mandato de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el famoso librito azul que se preciaba el fundador de la dictadura, Hugo Chávez, de mentar con aquella frase de “dentro de la Constitución todo, fuera de ella nada”, también ha sido traicionado.

Ya ni siquiera existe ni revolución ni robolución, sino el saqueo permanente y la explotación de los recursos y de los ciudadanos por parte de las autoridades militares y policiales y la pandilla de delincuentes que controla el poder.

¿Qué hacer?

Como ha señalado María Corina dentro de sus siete puntos estratégicos, el hacer cualquier cosa, enmarcado en la Constitución, es fundamental para que las bases del poder del régimen se fracturen lo antes posible.

¿Y cómo lo hacemos?

Muchos se desesperan, incluyendo el régimen, y buscan el camino de la violencia. Eso es lo que el régimen quiere, que actuemos violentamente para justificar el terrorismo de Estado al que nos tienen sometidos.

Eso es precisamente lo que vamos a evitar hacer.

Y entonces, ¿qué puede el ciudadano común, el que vivió a diario el horror de la extorsión policial y militar, del abuso de poder, de la vejación y humillación en cualquier gestión ante la autoridad y más aún cuando se trata de auxiliar a presos políticos?

 Es sencillo: LA DENUNCIA.

Si ante cada barbaridad que presenciamos de las autoridades, si ante cada violación de los derechos personales o colectivos o humanos, si ante cada abuso tomamos cuenta de los hechos y los narramos, estamos contribuyendo a fracturar las bases de poder del régimen.

Denunciar usando las redes sociales es crucial para avanzar  en la caída del régimen.

¿Y a quién se los narramos?

Primero que nada, a nuestra familia y a nuestros amigos, a nuestros compañeros de actividades, llámese trabajo o estudio, equipo o cualquier otra actividad donde tengamos relación con otros.

La segunda es la autoridad pública, por más que sintamos que no nos van a hacer caso, pero si nos están extorsionando de un cuerpo policial y llamamos a otro diciendo lo que está ocurriendo, es muy probable que se presenten a ver qué está pasando y evitemos el caso o al menos nuestra denuncia sirva para empezar una averiguación.

Aunque se terminen saliendo con la suya y tengamos que pagar.

Si estoy en Chacao, me para la policía bolivariana con un cuento chino de que no he pagado los trimestres y se van a llevar el carro. Llamo a la policía de Chacao, al Comando de la Guardia Nacional más cercano, para informar lo que me está pasando. 

Eso ha salvado a más de uno.

Pero no me quedo ahí, preparo un email para la Fiscalía denunciando el hecho con muy pocas probabilidades de ser oído, pero si se van acumulando las denuncias, probablemente la fiscalía le pida al cuerpo de seguridad que no siga “matraqueando” por esa zona.

Lo mismo hay que hacer cuando uno está presente o sospecha la comisión de un delito, tal como tráfico de drogas, contrabando de gasolina o de oro o de brillantes o de coltán, o el robo de mercancía o medicinas en depósitos del gobierno, o cualquier otra irregularidad cometida por empleados o funcionarios del Estado.

Es insólito, pero es así.

¿Y qué más hago?

Denuncio internacionalmente el hecho, el delito, a los pocos días de hacerlo nacionalmente, para que se haga público y notorio ante las autoridades extranjeras, llámese la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH, la Corte Penal Internacional CPI, las Naciones Unidas UN, Interpol, la Unión Europea UE, la Agencia Central de Inteligencia CIA, la Agencia Antidrogas Norteamericana DEA o cualquier otra autoridad relacionada con el hecho.

Todas ellas tienen páginas donde puedes poner la denuncia.

¿Y qué logro con eso?

Es evidente que un solo árbol no hace el bosque, pero que miles y millones de árboles si logran cuando menos reducir el” efecto invernadero” que nos está asfixiando a los venezolanos dentro y fuera del país, y va ayudando eliminar el veneno que representa la corrupción y el abuso, promoviendo así la destrucción de la base de poder del régimen que son los militares y los policías, pues al no poder delinquir pues serán señalados y muy pronto castigados o sancionados internacionalmente, su conducta de apoyo al régimen cambiará, ya que la mayoría son gente íntegra y decente, y en casi todos los casos son sus jefes quienes los mandan a delinquir, extorsionar para cumplir una meta de recibir dinero para ellos, con la excusa de que los salarios o sueldos no van para vivir como militar o como policía honesto.

Esto último, por supuesto, es a propósito. Pues solo muy pocos de ellos reciben realmente cantidad de dinero del Estado; otros se enriquecen directamente por mecanismos fraudulentos tales como listado de personal inexistente, adquisiciones de materiales, equipo o servicio sobrepreciado, cualquiera de las tradicionales fórmulas de estafa al Estado.

¿Y cómo hacerlo sin temor a represalias?

Sencillo. Abre una cuenta de Gmail con un sobrenombre difícil de identificar, abre una cuenta de Twitter (X) y/o Instagram y dedícate diariamente a ir denunciando aquellas cosas de las que te vas dando cuenta.

¿Y va a funcionar?

Seguro. Los chinos hace mucho tiempo descubrieron que la peor tortura es la de la gota de agua cayendo permanentemente en el mismo sitio del cuerpo de la persona que están torturando.

Llegó el momento de revertir lo que nos están haciendo, de actuar como ciudadanos, aliando a los demócratas dentro y fuera del país en la acción de ir corroyendo a base de poder el régimen criminal que usurpa las instituciones del Estado venezolano.

Al hacer eso que es sencillo, atrás el único instrumento que tenemos, que son las redes, estamos acercándonos más hacia donde queremos ir. HASTA EL FINAL.

  Texto generado por la inteligencia artificial  Fotografías  por la I,A.