EN EL ÁREA DE LA CONMEMORACIÓN DE LA MUERTE DEL
LIBERTADOR.
Rafael García Planchart.

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EN EL ÁREA DE LA CONMEMORACIÓN DE LA MUERTE DEL LIBERTADOR.


Rafael García Planchart.


Algunos, formados antes de la mal llamada revolución bolivariana, conmemoramos el aniversario de la muerte del libertador y recordamos lo que aprendimos en la verdadera de la historia de Venezuela, su sufrimiento final y el abandono de todos sus partidarios, a raíz de la conspiración de la Cosita, quedándole solo su amigo, confidente, embajador, secretario, jefe de su casa militar y profesor de estrategia, el general Daniel Florencio O’Leary, militar inglés que vino con la legión Británica, y autor de la más fidedigna biografía del libertador, la que solo edita el Ministerio de la Fefensa, la que no le venden al público en general, la que le narró el propio Bolívar, y además fue producto del análisis de todos los documentos que dejó el Libertador como herencia, su proclamas y cartas, sus ensayos y todo aquello que formaba parte de su colección personal.


La biografía no la venden comercialmente, pues escribe al Bolívar como él se veía, como lo veían los cercanos a él, y no el invento políticamente conveniente al cual se refieren hoy en día los que se llaman y que bolivarianos.


Solo los oficiales generales y almirantes reciben el regalo de esa biografía, para que aprendan el verdadero pensamiento del libertador.


A Chávez nunca se la dieron, y nunca la leyó, de manera que esa necesidad revolucionaria,  bien llamada roboilusión bolivariana, que los convirtió en los depredadores del territorio, de sus riquezas, de su soberanía entregada a cubanos y terroristas, traficantes de droga y de personas y cualquier clase de hampones no tiene nada que ver ni con el libertador, ni con ninguna revolución, ningún sentimiento noble de soberanía y libertad, de protección a la vida y a los derechos humanos, o de respeto a las personas y sus propiedades.


En las primeras cosas que tiene que ser el nuevo gobierno a partir del 10 de enero, es desenmascarar el mito del Bolívar chavista, madurista que nunca existió, ni físicamente, pues el zambo moreno que antropológicamente reconstruyeron los grandes jaladores de mecate que participaron en la apertura del sarcófago del libertador a partir de sus huesos no tiene nada que ver con la iconografía de muchos pintores y retratistas que lo iconizaron para la eternidad, ni económicamente, pues Bolívar era el hombre más rico de las colonias españolas cuando llegó por primera vez a la península, tenía esclavos en sus haciendas y era el perfecto ejemplar del godo caraqueño, y no el pobre resentido que luchaba por la clase oprimida,


intelectualmente, era el admirador de la Revolución norteamericana y la francesa, con
sus ideales de igualdad, libertad, fraternidad y democracia, y no un resentido.


admirador de unos ideales fracasados a lo largo de todo el siglo anterior, como los
actuales bolivarianos.


Es más, en este aniversario mi propuesta es que distingamos entre bolivarianos y
bolivaristas.


El estado bolivarista, ellos lo llaman bolivariano, está diseñado para cogerse cuando
Bolívar se produzca y todos los dólares que se puedan.


Y como ellos lo saben, eso es lo que explica, y no la ignorancia de periodistas y
locutores, que los canales de televisión y las estaciones de radio, controladas por el
estado, digan hoy, en la ceremonia oficial, que celebran el aniversario de la muerte del Libertador.


Es cierto.
Simón Bolívar representó y sigue representando todo lo opuesto a lo que es
la mal llamada revolución socialista del siglo XXI representa, y menos de las Aberraciones que practica el régimen de Maduro.
Bolívar representó el genio más grande de América en su época.


El régimen representa la más oscura dictadura de la historia de Venezuela, y casi que
la más abyecta y fracasada forma de gobierno, a excepción de Cuba.


Así pues, el 90% de los venezolanos estamos conmemorando el fallecimiento del
padre de la patria, mientras el 10% celebra su muerte, pues representó todo aquello
que hace surgir el resentimiento dentro de las almas más pequeñas y distorsionadas
por el mal que responden a los ideales robolucionarios practicados por el régimen y
los pocos seguidores que le quedan.




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